Aprendí a escribir mientras levantaba pesas en el gimnasio
El secreto está en tus dedos (no es coña)
💡 Lee esto si quieres triunfar, escritor (escritora o escritore):
Hace 25 años entrenaba en uno de esos gimnasios que olía a naftalina y cuyas paredes estaban forradas de fotos del gran Arnold.
Allí aprendí una lección que aún perdura en mi memoria. Y que hoy te transmitiré a ti y cambiará tu vida para siempre (y no exagero).
80 kilos.
En press de banca, la barra se quedó anclada en mi pecho y no podía moverme. Dolía. No dolía el pecho, no, dolía el EGO de un quinceañero.
Las tías del aeróbic mirándome de soslayo mientras se reían las muy canallas.
Y allí apareció él. El típico hombre ‘old school’ con su camiseta de tirantes de Jack Daniels. Dispuesto a echarme una mano. Se acercó, miró la barra, me miró a mí y me dijo muy serio:
“Tu problema no es la fuerza, chaval. Tu problema es dónde cojones estás poniendo los dedos”.
Un ajuste mínimo. Un detalle. Algo insultante.
Descansé, me volví a colocar. Adopté la posición que me dijo aquel veterano que olía a proteína de suero.
Los 80 Kg subieron una y otra vez.
Ahí entendí la lección más brutal sobre levantar pesas, sobre escribir, sobre vender, sobre LA VIDA.
NO se trata de empujar más fuerte, ni de ser más listo, ni más disciplinado.
Se trata de tener una buena técnica
Es ese pequeño ajuste en el agarre.
Es esa palabra en el titular que lo cambia todo y lo que ha hecho que llegues hasta aquí (déjame en comentarios si has llegado hasta aquí, así sabré si mi técnica funciona de verdad 😂).
Voy a darte el ajuste técnico más poderoso que conozco para la parte más crítica de cualquier cosa que escribas: el titular.
Da igual que sea el asunto de un correo, el título de un libro, el encabezado de un informe para tu jefe o el nombre de tu próximo proyecto. Si el titular falla, es como tener la barra ahogándote en el pecho. Nadie le dará una oportunidad a lo que viene después.
Olvida todo lo que crees saber sobre titulares. La gente no hace clic por una promesa, hace clic para resolver una tensión en su cerebro. Y nosotros vamos a crearla en muy pocas palabras.
El ancla y el detonador
1. El ancla (la certeza): Una verdad incómoda o una acción común que sabes que tu lector está haciendo mal. Lo pones frente al espejo.
Ejemplo de ancla: "Tu email de bienvenida es una mierda..."
2. El detonador (La curiosidad): Inmediatamente después, le das la consecuencia dolorosa de esa acción, o la solución insultantemente simple que no está viendo.
Ejemplo de detonador: "...Por eso el 90% te ignora para siempre"
Aquí el lector, en cuanto ve ese titular entre una marea de e-mails en su bandeja, dice:
“¡Hostias! No recuerdo ni haber cambiado el correo de bienvenida, este cabronazo tiene razón”
Y en cuanto ve el detonador:
“Claro, por eso tengo una tasa de apertura de mierda, nadie me lee”
Esto hace que sea tu mensaje el que destaque, y no el de otro. Vas a captar la atención de tus suscriptores, y eso es ORO PURO.
No sólo es aplicable al titular de un email. También a que compren tu libro, tu guía, tu plantilla, a leer tu currículum. LO QUE SEA.
Más ejemplos para tus libros, artículos, correos, vídeos o lo que sea que estés haciendo
🟢 “Tu negocio online es tan bueno | que nadie te contrata.” (Crea una tensión inmediata. Choca contra la idea de que lo bueno vende, generando una curiosidad brutal por saber por qué).
🔴 El libro más completo para tu negocio online. (¿Por qué es malo? Porque es genérico, corporativo y aburrido. "Completo" no significa nada y no genera ni una pizca de curiosidad. Es ruido de fondo).
Como ves, el patrón es siempre el mismo. Primero señalas una realidad que el lector reconoce al instante (ancla). Después, le golpeas con una revelación o una consecuencia que le obliga a pensar: "Hostia, es verdad... ¿Y ahora qué cojones hago?".
También puedes hacerle un cortocircuito mental para captar fuertemente su atención:
🟢 Aprendí a escribir | mientras levantaba pesas en el gimnasio. (Crea un cortocircuito mental: Junta dos mundos que no tienen nada que ver: "escribir" y "levantar pesas". El cerebro del lector se detiene en seco porque no puede procesarlo con sus patrones habituales. Ese microsegundo de confusión es oro puro, porque has captado su atención y le has obligado a pensar).
🔴 Cómo mejorar tu escritura. (Es genérico y predecible: Hay literalmente millones de artículos con ese título. Es imposible destacar. Es el equivalente a presentarte a una fiesta ibicenca vestido de blanco. No destacarás, no generarás curiosidad. Vístete de azul, ya verás).
¿Por qué funciona esto tan jodidamente bien?
Esta técnica funciona porque el cerebro humano odia los cabos sueltos. El ancla le da seguridad ("esto es para mí") y el detonador crea un vacío, una curiosidad tan intensa que la única forma de aliviarla es haciendo clic, leyendo las primeras páginas del libro, abriendo el informe, incluso que le den una oportunidad a tu currículum.
No hay más.
Es el ajuste en el agarre de la barra del gimnasio. Es saber dónde cojones poner los dedos.
Y esto, amigo mío, es solo una pequeña muestra de lo que reciben los que están en esta lista.
“Hábitos con (co) Jones” no es un boletín de noticias. Es una sala de entrenamiento.
La semana que viene, te enseñaré por qué el cierre de tus correos es más importante que el saludo inicial, y el error que cometes en él que te está costando dinero.
Y ahora vas a saber por qué el e-mail de bienvenida que mandas a tus nuevos suscriptores es una mierda:
🕯️💛
Me gustó tu email de bienvenida. Estoy tomando ideas de acá. Gracias Iván.
Muy buena historia Iván, de las que enganchan desde el principio 🔝
Y como ha dicho alguien por ahí, vaya barbaridad 80kg con 15 años jajaja